
La fundación de Bell-lloc fue posible gracias al esfuerzo colectivo de un conjunto de personas de Girona que soñaban con la creación de un centro educativo con un ambiente familiar, en el cual se impartiese una formación sólida y se transmitiera el espíritu del trabajo bien hecho, bien acabado, al servicio de toda la sociedad, impregnado de un sentido cristiano.
Para materializar este sueño colectivo, los primeros años estuvieron llenos de esfuerzos, trámites y gestiones. Fueron años de siembra, de motivaciones, de promesas que no siempre se cumplían, pero esas personas de fe no perdieron nunca la esperanza.
Desde sus inicios, la formación espiritual del colegio se encomendó a la Prelatura del Opus Dei, institución de la Iglesia Católica.
Gracias a sus sólidos cimientos, actualmente Bell-lloc es un colegio maduro y muy arraigado en la sociedad gerundense. Su propuesta educativa fusiona lo mejor de su tradición con la innovación validada para dar respuesta a los retos educativos del siglo XXI.
Bell-lloc ofrece un plan de formación personal centrado en la formación del carácter, a través del cual los alumnos crecen en virtudes y en educación emocional. El hilo conductor del proyecto educativo es la educación personalizada, la cultura del pensamiento, el plurilingüismo y una cuidadosa formación tecnológica y robótica, unos ingredientes formativos y curriculares que se promueven en un clima proacadémico de rigor y libertad.